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La vida no es color de rosa

La vida no es color de rosa

Cuando era solo un muchachito, esperaba a que su tío dejara la paleta y los pinceles a un lado para tomarlos y pintar, se hizo famoso entre sus coetáneos por plasmar la imagen del héroe del kun fu, Bruce Lee, en prendas de vestir; aptitudes tenía, pero aún Jesús Grabiel Valdés Díaz, conocido como Buto por un apodo heredado del padre pelotero de grandes ligas,  no definía sus figuraciones.

Los primeros conocimientos sobre pintura le llegaron por vía de tres emblemas en la formación de artistas en Caibarién: Mellita, Clotildo y Amalia, profesores cuya tutela agradecen Flavio Garciandía, Francisco Lastra y Yandry Garciandía, entre otros.

No le fue bien en la escuela de Arte, apenas recibió algunas clases; pero, de entre ellas recuerda para toda la vida el impacto que le causaran las obras del también villaclareño Wifredo Lam. A tal punto lo marcaron que los críticos ven hoy en su obra influencias de éste, aunque también le atribuyen puntos de contacto con Roberto Diago que dice desconocer.

Aún cuando las galerías ofrecían espacio a los pintores de “escuela”, Buto comenzó a abrirse paso por sus premios, alrededor de siete en salones locales y provinciales. Por su cuenta, leía, estudiaba, comparaba…

A los 39 años cumplidos, puede decirse que Buto muestra carrera, tanto como si ninguna de las adversidades le hubiera privado de nutrirse de los elementos que ofrece la academia; unas veinte exposiciones colectivas, fundamentalmente salones Marinas, Ecoarte, Aquino y Carlos Henríquez; diez exposiciones individuales con títulos como Restrospectiva y Haciendo caminos, avalan su trayectoria.

Jesús Grabiel Valdés Díaz, ButoSegún él, ya encontró sus figuraciones propias, para el crítico Msc. Walfrido Rebilla en las palabras al catálogo de Retrospectiva: “Tales búsquedas le han dado un sello particular donde conviven el surrealismo caribeño, lo grotesco expresivo, las abstracciones tanto gestuales como concretas y el juego de libertades que ofrece el grafiti. Esto hace que desde el punto de vista formal cada obra pugne por vivir más de una aventura al mismo tiempo mediante un logrado empleo del horror al vacío (al contrario de los “espacios silenciosos” de su primera etapa) y un diseño sencillo y funcional a la vez. Al final sabemos que es así como él construye su propia mitología para movilizar al espectador, se esfuerza por darle a las obras una “utilidad” más allá del hecho estrictamente plástico, los temas así lo confirman: la naturaleza agredida, las consecuencias negativas de las industrias y otras tecnologías, el ser humano, el entorno”.

Buto trabaja desde hace dos años para su próxima exposición que debe quedar terminada en agosto del 2013, aunque carece de taller por avatares de la vivienda, encontró en la casa materna un espacio para llevar la inspiración a obras, resta mucho por pintar aún; sin embargo, el título de esta ya está determinado: “La vida no es color de rosa”… ¡bien lo sabe el pintor! Y no habla solo literalmente de la frase, sus pinceles combinarán colores para expresar la esencia.

Como primicia, dos de los cuadros que conforman la futura exposición se muestran en la sede del sitio www.radiocaibarien.icrt.cu, en Radio Caibarién; una especie de “adelanto” donde puede calibrarse el artista.

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