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El mar de Caibarién está lleno de misterios

Pescadores de Caibarién (foto CNTV)El mar está lleno de misterios, quien piense que porque puede navegar se las sabe todas en el mar, está perdido, sobre todo ahora que le ponen al barco un motor y allá va eso…antes si era duro: a la vela y al remo, la inteligencia del marinero no estaba en ir a la escuela porque la verdad es que casi todos éramos analfabetos, sino en cogerle la vuelta al viento, a las corrientes, aprender de los viejos que te enseñaban a trastazos…porque antes decían que el golpe enseña.

Eran tiempos en que muchos de nosotros vivíamos arrancha´os en los cayos, hasta parían las mujeres allá o venían a Caibarién ya en los días y en cuanto pasaban la cuarentena se iban con el marido para el cayo. Comíamos algunas provisiones que se traían de tierra firme y lo que pescábamos o cazábamos en el cayo, no había cómo conservar si no era salando las carnes.

Había pescadores, carboneros y muchos misterios en esos cayos…pasaban cada cosas, yo creo que ahora esos turistas locos que se bañan medio desnudos de noche en las playas espantaron a los espíritus, pero de que había cosas, había.

Casi todos crecimos con nombres de peces y ni se sabía cómo nos bautizaron, las familias enteras se llamaban por esos nombres, los más viejos te pueden contar sobre eso que ustedes llaman leyendas, que no lo son, porque son ciertas pero que la gente de ahora no cree, pregúntale a Berrugato o a Pito.

Prestos a contar, abiertos a transmitir tanto recuerdo poco escuchado por los de este tiempo, están los viejos pescadores, y allá nos vamos:

Berrugato, José Luis Rojas, es un viejo pescador, recuerda los ranchos de guano con  piso de tierra en que vivían, pescó con su padre desde muy joven y después para la cooperativa. “Entre mis recuerdos más duros está aquel cuando nos  sorprendió un norte en la canal de los barcos y tuvimos que botar la mayoría del pescado para no zozobrar. Es verdad que en Cayo las Brujas salía una bruja, yo mismo vi también las luces en la costa de Santa María, en una parte a la que llaman Pelo de Oro".

José González, Pito, es pescador de cangrejo y langosta, pescó en la Unión de Pescadores Libres previa a la cooperativa de pesca con nasas originales de caña de guin:  “…ahora han cambiado el método, veintiún años estuve pescando langosta. Desde los nueve años aprendí a gobernar el barco para que el pescador hiciera lo suyo, a golpes porque entonces no trataban a los muchachos como ahora, y a los catorce me hice patrón. Yo te puedo decir que es verdad lo del Cayo las Voces, en la costa de Sancti Spiritus: cuando el barco se arrimaba uno podía oir cuando lo llamaban; particularmente a mí llamaron por mi nombre, di vuelta y no había nadie y a otros les sucedió igual,  tiene muy bien puesto el nombre, también sientes que caminan a tu orilla, miras y no ves a nadie, de noche sobre todo, otros han pensado que es un presagio y han regresado para Caibarién”.

Por su parte, Gabino Carrillo Carrillo, a los cuarenta días de nacido ya estaba en un barco esponjero, se fueron a vivir a Cayo Guillermo y luego a otros cayos, allí vio los tesoros que sacaron de Cayo Toro y El Contrabando “todavía están  los huecos de donde sacaron los tesoros”, afirma. “Para conservar el pescado lo salábamos, lo lavas y lo tiendes y así día tras día, el macabí sobre todo era el que más me gustaba para salar porque es más seco, había que abrirlo por arriba, cabeza y todo, sacar el espinazo y las tripas y agallas y lo botas, la raya que se le hace, se llama laña, se lava bien, se escurre y se sala y se tranca en una caja, así penetra la sal, al otro día lo metes en el agua y lo tiendes al sol hasta que está bien seco y salado”.
    
El mar de hoy ya no da tanto miedo porque han acabado con muchos lugares buenos y todo está regulado: la zona de pesca, las artes de pesca que puedes usar, llenaron de hoteles los cayos…na, que ahora no hay encanto ni misterio.

(A partir de entrevistas para la radio de Máximo Luz)

1 comentario

Javier Leon -

Esta muy bueno lo publicado pero la verdad es que yo soy de Caibarien estuve en muchas de esas cayerias (santa maria,el pino,en las canales,barlobento,la del medio y el bocoy )y nunca vi ni escuche nada todo esta en la mente y el miedo de las personas,pero la verdad es que era una vida muy sana a lo natural sin limites ni regulaciones en aquellos tiempos se podia decir que en el mar la vida es mas sabrosa y esto sin contar la parte de los chistes de los pescadores,eso de que en un palangre se pego un submarino y que venia lleno de rusos y que en un currican se tiro un cobo y sin contar las anecdotas de Gerbacio Masa en fin tanto el mar como Caibarien y su gente tienen muchos encantos sin misterios,les recomiendo a todos los que quieran disfrutar unas buenas vacacione,no se arrepentiran pasen por CAIBARIEN.