Como me gusta hablar español
23 de abril por el buen uso del castellano
El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. A nivel internacional es promulgado por la UNESCO la cual lo hizo por primera vez en mil novecientos noventa y cinco. Se celebra cada veintitrés de abril desde mil novecientos noventa y seis en varios países, actualmente son más de un centenar.
En varios países de lengua española, como Cuba, se celebra este día como el Día del Idioma, diferente del Día Internacional de la lengua materna celebrado en varios países el veintiuno de febrero.
El día 23 de abril fue elegido como Día Internacional del Libro, pues coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. La Unión Internacional de Editores propuso esta fecha a la Unesco, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la Unesco la aprobó en París el 15 de noviembre de 1968, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el "Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor".
Un 23 de abril, pero de 1978, nuestra insigne poetisa Dulce María Loynaz hablaba del idioma español. Lo comparaba con un río:
Así como tantas veces el río al nacer sólo parece una madeja de hilos de agua y luego el agua va creciendo, nutriéndose de nuevas aguas, las que se precipitan en las lluvias, las que descienden de las nevadas cumbres o la embocan en su trayecto de afluentes hasta convertirse en cadenciosa masa líquida, así nuestro caudaloso idioma, pasó por la maravilla de la naturaleza, sólo que la pasó, a través del hombre.
¡Qué difícil es hablar español!
Dos jóvenes músicos colombianos, dos guitarras y una canción sobre el idioma español se convirtieron en el 2012 en todo un éxito en las redes sociales y han dado la vuelta al mundo. El vídeo de la canción “Qué difícil es hablar el español” colgado por estos dos hermanos en Youtube en poco más de 10 días, fue visto por más de 2 millones de personas.
La canción cuenta de una manera muy divertida lo difícil que es aprender el español a través de la historia de un estudiante que quiere aprenderlo, ya que, según el país hispanohablante en el que te encuentres las palabras cambian de significado. Así lo que tiene un significado en España, puede tener otro muy diferente en México, Venezuela, Argentina o Cuba.
Pero lo que comenzó como un vídeo gracioso se ha convertido para muchos en un homenaje al idioma español y a su gran riqueza y diversidad cultural. Los autores dicen en la presentación de su vídeo “Dedicado a todos los hermanos en Latinoamerica y España, y a toda la comunidad hispanoparlante, la diversidad cultural, la riqueza del lenguaje y las personas que intentaron hablar español alguna vez y no lo lograron”.
El español cubano
Por cierto, los cubanos tenemos nuestros aportes al español, como todas las comunidades hispanoparlantes del planeta, en nuestro caso se relaciona en buena medida con los cambios sociales producidos a partir de 1959. Al surgir la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, por sus siglas ANAP, surgieron los analistas que son los asociados a dicha organización; de igual modo, a los trabajadores privados en este país donde la mayor parte de la propiedad es social y generalmente se trabaja “para el Estado”, se les llamó trabajadores por cuenta propia o “cuentapropistas”, y así pudiera hacer una enorme lista en la que de seguro faltarían términos aún cuando quisiera hacer un trabajo muy completo. Asunto de norma, dicen los catedráticos.
Háblame del mar, marinero
Caibarién ya no es una aldea de pescadores, término que se estableció en el siglo XX para designar a esta pequeña ciudad de la costa norte central de Cuba; ahora el turismo es su más notable fuente de empleo y le siguen las industrias que apoyan el desarrollo turístico.
Sin embargo, la relación con el mar sigue siendo factor esencial en la identidad caibarienense, ya sea como fuente de alimentación, inspiración para artistas o por la incorporación de palabras de la jerga marinera al habla cotidiana, independientemente de profesión, nivel cultural o edad.
Desde el mismo gentilicio que nos identifica: cangrejeros, comenzamos a usar términos marineros que solo en este entorno tienen su pleno significado. Y a partir de allí pudiera enumerar frases solo nuestras a las que mis coterráneos agregarían un sin número de otras:
Tiene una pila de chapines (tiene muchos hijos, alude a pequeña embarcación llamada chapín).
Tiene el culo vira´o pa´l muelle (que está de mal humor).
Rema que aquí no pican (ya no da fruto lo que se hace).
Tiene tremendas pulpetas (se refiere al tejido graso que se acumula a los lados de la cintura y recuerda un plato típico de Caibarién llamado pulpeta que se hace con el pez macabí y tiene forma de tubo).
Parece un caguamo o caguama (para quien tiene la espalda encorvada o mal cuerpo).
Tiene tremenda guasa (para alguien con la boca muy grande, recuerda la leyenda de La Guasa del Pontón, un enorme pez en un barco mielero anclado en alta mar).
Boca de jamo (boca grande).
Bemba de chopa (labios sobresalientes).
Entre los más jóvenes que practican el deporte de las Velas en la Academia provincial situada en Caibarién, pueden escucharse frases como estas:
Está partí´a por la borda mirando pa´cá (se refiere a una posición donde se dobla el torso hacia atrás para mantener el equilibrio del barco en el deporte de las Velas, quien se parte por la borda, se inclina mucho para mirar con interés a alguien).
Le voy a rajar la tabla (se refiere a la tabla mistral, significa tener relaciones sexuales).
Ese es solo el comienzo de una lista que pudiera incrementarse si vamos a los apodos, pues estos abarcan a familias completas hasta el punto de no ser conocidas por sus apellidos reales, fenómeno que el escritor Rogelio Menéndez Gallo recogió en un artículo titulado El pueblo de los nombretes. Langosta, Jaiba, Mojarrita, Tiburones, Cangrejones, Levisa, son solo algunos de esos motes o apodos.
De manera que nacer en esta orilla de la isla, aún cuando nunca se haya tenido la pesca como forma de sustento, y cuando ya son pocos los pescadores, nos hace conocer el lenguaje marinero y usarlo como propio.
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