El futuro a la vuelta de la esquina para el libro y la lectura
Muchos afirman que el libro tradicional desaparecerá en breve tiempo; se basan en el desarrollo vertiginoso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones; ahora se encuentra en la nube cualquier contenido y se descarga o se lee en el móvil, la tableta, el ordenador personal…Pensándolo así, será indetenible el declive de los que se hacen en papel.
Incluso la lectura como ejercicio del intelecto parece estar en riesgo porque la gente de ahora, con menos tiempo disponible, prefiere textos breve, crea su propio sistema que suprime letras y palabras o los cambia por signos de otros lenguajes; además de que se hacen multimedias y otros productos que ofrecen la historia de maneras atractivas, sin apenas leer.
Sin embargo, leí en Internet hace muy poco que colosos de los monopolios de la información y las comunicaciones NO permiten a sus hijos más de media hora diaria conectados a la red de redes, ni les proporcionan hasta la mayoría de edad lo que ellos mismos fabrican y venden. Tengo una amiga en el primer mundo que cada noche lee a sus nietos cuentos para dormir y aun en países de gran desarrollo las librerías presentan betsellers.
Quizás Cuba sea parte de los que van contracorriente y apuestan por el libro y la lectura pues la imágenes de la Ferias de la capital y la avidez con que se espera la llegada de esta al interior del país, hablan de un masivo disfrute de la literatura, que si bien se presenta en nuevos soportes, sigue siendo mayoritariamente en papel.
A mi juicio se trata de aprovechar en todas sus innegables ventajas con relación al conocimiento, lo que la tecnología nos propone; y a lo que, ciertamente, no hay manera de oponerse; a la par que en el ámbito escolar y familiar se dote a los individuos de las herramientas para una buena lectura: analítica, provechosa, interactiva, y después, este tiempo acelerado en que vivimos y los hábitos y habilidades de cada quién, harán el resto.
No importará que en breve la biblioteca quepa en un bolsillo y que el pulgar deje de humedecerse con la lengua para pasar la página, lo que deberá preservarse, por el bien de la inteligencia humana, es la capacidad de decir y contar para otros y de conocer y soñar a través de la grafía de la lengua materna. Es el futuro que ya está ahí, a la vuelta de la esquina, también para el libro y la lectura.
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Meyita -